EL LIO EMPAYASADO
En la ciudad de Nueva York, una niña llamada Dídi celebró ayer su cumpleaños en el jardín de su casa. Todos se lo pasaron bien menos David, nuestro protagonista y el hermano de Dídi.
David era listo, estudioso y alegre. Era justo lo contrario a su hermana y por eso no le gustaban sus cumpleaños.
Pero este año 2011, Dídi invitó a un payaso que no paraba de hacer bobadas con ella. David envidiaba a su hermana y cuando vio que estaba con el payaso riéndose, se cabreó de una forma rápida, 10 segundos por lo menos y tuvo una idea; se disfrazó de payaso para retarle a una competición de payasadas.
El payaso aceptó el duelo, estuvieron toda la tarde con el reto, pero llegó un momento en que a ambos se les acabaron las ideas y David, disfrazado de payaso pensó:
El payaso aceptó el duelo, estuvieron toda la tarde con el reto, pero llegó un momento en que a ambos se les acabaron las ideas y David, disfrazado de payaso pensó:
¡Y ahora qué voy a hacer!. Mientras lo pensaba, a un niño se le cayó un vaso de limonada que le dieron en el cumpleaños, David lo pisó y se cayó. ¡Todos se mearon de risa viéndole en el suelo tirado cubierto de limonada y con un trozo de limón en la boca!.
David le dijo al payaso: ¿Tienes cosas que enseñar?. Al ver que bajaba la cabeza grito: ¡GANÉ! ¡GANÉ!.
El payaso pensó: Este crío parece normal pero es potentísimo cuando se compromete a algo y debo también de reconocer que me ha ganado.
David le dijo al payaso: ¿Tienes cosas que enseñar?. Al ver que bajaba la cabeza grito: ¡GANÉ! ¡GANÉ!.
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